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Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España.

By: Contributor(s): Material type: TextTextSeries: Historia SeriesPublisher: Barcelona : Linkgua Ediciones, S.L., 2014Copyright date: ©2023Edition: 1st edDescription: 1 online resource (694 pages)Content type:
  • text
Media type:
  • computer
Carrier type:
  • online resource
ISBN:
  • 9788498970722
Genre/Form: Additional physical formats: Print version:: Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva EspañaLOC classification:
  • F
Online resources:
Contents:
Intro -- Créditos -- Brevísima presentación -- La vida -- Prólogo -- Capítulo I. Comienza la relación de la historia -- Capítulo II. Cómo descubrimos la provincia de Yucatán -- Capítulo III. Cómo seguimos la costa adelante hacia el poniente, descubriendo puntas y bajos y ancones y arrecifes -- Capítulo IV. Cómo Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba, ordenó de enviar una armada a las tierras que descubrimos, y fue capitán general de ella un hidalgo que se decía Juan de Grijalva, pariente del dicho gobernador Velázquez, y otros tres capitanes que más adelante diré sus nombres -- Capítulo V. De cómo llegamos al río de Tabasco, que le llaman río de Grijalva, y de lo que allí nos avino -- Capítulo VI. Cómo seguimos la costa adelante, hacia donde se pone el sol, y llegamos al río que llaman de Banderas, y lo que en el pasó que diré adelante -- Capítulo VII. Cómo llegamos (a) aquella isleta que ahora se llama San Juan de Ulúa. Y a qué causa se le puso aquel nombre. Y de lo que allí nos aconteció -- Capítulo VIII. Cómo vinimos con otra armada a las tierras nuevas descubiertas, y por capitán de la armada el valeroso y esforzado Hernando Cortés, que después del tiempo andando fue marqués del Valle y de las contrariedades que tuvo para estorbarle que no fuese capitán el dicho don Hernando -- Capítulo IX. Cómo Diego Velázquez envió a un su criado, que se decía Gaspar de Garnica, con mandamientos y provisiones para que en todo caso se prendiese a don Hernando Cortés y se le tomase la armada -- Capítulo X. Cómo Cortés se hizo a la vela con toda su compañía de caballeros y soldados para la isla de Cozumel, y de lo que allí nos avino luego diré -- Capítulo XI. Cómo Cortés supo de dos españoles que estaban en poder de indios en la punta de cotoche, y lo que sobre ello se hizo. Y de otras cosas más.
Capítulo XII. Cómo Cortés repartló los navíos y señaló capitanes para ir en ellos. Y asimismo se dio la instrucción de lo que habían de hacer los pilotos, y las señales de los faroles de noche y otras cosas más que en aquellos lugares acontecieron -- Capítulo XIII. Cómo el español que estaba en poder de indios (que) se llamaba Jerónimo de Aguilar, supo cómo habíamos arribado a Cozumel, y que luego se vino a nuestro real. Y lo que después aconteció -- Capítulo XIV. Cómo llegamos al río de Grijalva, que en lengua de indios llaman Tabasco, y de la guerra que nos dieron y de lo que más con ellos nos aconteció -- Capítulo XV. Cómo vinieron a hablar con Hernando Cortés todos los caciques y calachonis del río Grijalva, y trajeron un presente. Y lo que sobre ello pasó -- Capítulo XVI. Cómo doña Marina era cacica e hija de grandes señores de pueblos y vasallos, y de la manera que la dicha doña Marina fue traída a tabasco -- Capítulo XVII. Cómo llegamos con todos los navíos a San Juan de Ulúa. Y de lo que allí nos aconteció luego -- Capítulo XVIII. Cómo fue tendile a hablar con Montezuma y a llevar presentes, y lo que se hizo en nuestro real -- Capítulo XIX. Cómo alzamos a Hernando Cortés por capitán general y justicia mayor de estas tierras hasta que su majestad mandase lo que hubiere menester y conviniera. Y de lo que en ello se hizo -- Capítulo XX. Cómo acordamos de poblar la Villa Rica de la Vera Cruz y de hacer una fortaleza en unos prados, junto a unas salinas y cerca del puerto del nombre feo, donde estaban anclados nuestros navíos, y de otras cosas más que allí se hicieron -- Capítulo XXI. Cómo Cortés mando hacer un altar y se puso una imagen de nuestra señora y una cruz, y se dijo la santa misa y se bautizaron las ocho indias -- Capítulo XXII. Cómo volvimos a nuestra Villa Rica de la Vera Cruz, y de otras cosas más que allí sucedieron.
Capítulo XXIII. Cómo nuestros procuradores, con buen tiempo, desembocaron el canal de Bahama y en pocos días llegaron a Castilla y lo que en la corte les pasó -- Capítulo XXIV. Cómo después que partieron nuestros embajadores para su majestad con todo el oro y cartas y relaciones, lo que en el real se hizo y la justicia que nuestro capitán Cortés mandó que se hiciera -- Capítulo XXV. De un razonamiento que Cortés nos hizo después de haber dado con los navíos de través, y (cómo) aprestábamos nuestra ida para México -- Capítulo XXVI. Cómo ordenamos de ir a la ciudad de México, y por consejo del cacique fuimos por Tlaxcala, y de lo que nos acaeció, así de reencuentros de guerra como otras cosas que nos avinieron -- Capítulo XXVII. De las guerras y batallas muy peligrosas que tuvimos con los tlaxcaltecas y otras cosas más -- Capítulo XXVIII. De la gran batalla que hubimos con el poder de los tlaxcaltecas, y quiso Dios nuestro señor que en ella hubiésemos victoria, y lo que más pasó -- Capítulo XXIX. Cómo otro día enviamos mensajeros a los caciques de Tlaxcala, rogándoles con la paz, y lo que sobre estas cosas y de otras ellos hicieron -- Capítulo XXX. Cómo después que volvimos con Cortés de Zumpancingo con bastimentos, hallamos en nuestro real ciertas pláticas, y lo que cortés respondió -- Capítulo XXXI. Cómo vino Xicotenga, capitán general de Tlaxcala, a entender en las paces con don Hernando -- Capítulo XXXII. Cómo vinieron a nuestro real los caciques viejos de Tlaxcala a rogar a Cortés y a todos nosotros que luego nos fuésemos con ellos a su ciudad para nos a tender, y lo que más pasó -- Capítulo XXXIII. Cómo fuimos a la ciudad de Tlaxcala, y lo que los caciques viejos hicieron, de un presente que nos dieron, y cómo trajeron sus hijos y sobrinos.
Capítulo XXXIV. Cómo fuimos a la ciudad de Cholula en 12 de octubre de 1519 años. Y del gran recibimiento que nos hicieron los naturales de aquellas tierras -- Capítulo XXXV. Cómo el gran Montezuma nos envió otros embajadores con un presente de oro y mantas, y lo que dijeron a Cortés y lo que él les respondió -- Capítulo XXXVI. Del grande y solemne recibimiento que nos hizo el gran Montezuma a Cortés y a todos nosotros en la entrada de la gran ciudad de Tenustitlán -- Capítulo XXXVII. Cómo el gran Montezuma vino a nuestros aposentos con muchos caciques que le acompañaban, y de la plática que tuvo con nuestro capitán -- Capítulo XXXVIII. De la manera y persona del gran Montezuma, y de cómo vivía y de cuán grande señor era -- Capítulo XXXIX. Cómo nuestro capitán salió a ver la ciudad de México y el Tatelulco, que es la plaza mayor, y el gran cú de sus Uichilobos, y lo que más pasó -- Capítulo XL. Cómo hicimos nuestra iglesia y altar en nuestro aposento, y una cruz fuera del aposento, y lo que más pasamos, y hallamos la sala y recamara del tesoro del padre de Montezuma. Y de cómo tomamos acuerdo de prender al gran Montezuma -- Capítulo XLI. Cómo fue la batalla que dieron los capitanes mexicanos a Juan de Escalante, y cómo le mataron a él y al caballo y a seis soldados y a muchos amigos indios totonaques que también murieron -- Capítulo XLII. De la prisión del gran Montezuma y de otras cosas más que sobre dicha prisión nos acontecieron -- Capítulo XLIII. Cómo Cortés mandó hacer dos bergantines de mucho sostén y veleros para andar en la laguna, y cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le diese licencia para ir a hacer su oración a sus templos, y lo que Cortés le dijo. Y cómo le dio la licencia. Y otras cosas más que adelante diré.
Capítulo XLIV. Cómo los sobrinos del gran Montezuma andaban convocando y atrayendo a sí las voluntades de otros señores para venir a México y sacar de la prisión al gran Montezuma y echarnos de la gran ciudad de México y matarnos a todos nosotros -- Capítulo XLV. Cómo volvieron los capitanes que nuestro Cortés había enviado para que viesen las minas y para sondar el río de Guazaqualco, y otras cosas más -- Capítulo XLVI. Cómo Cortés dijo al gran Montezuma que mandase a todos los caciques de toda su tierra que tributasen a su majestad, pues comúnmente sabían que tenían oro. Y lo que sobre ello se hizo -- Capítulo XLVII. Cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le quería dar una hija de las suyas para que se casase con ella y lo que Cortés le respondió, y todavía la tomó, y la servían y honraban como era debido a hija de tan gran señor como era él -- Capítulo XLVIII. Cómo el gran Montezuma dijo a nuestro capitán Cortés que se saliese de México con todos los soldados, porque se querían levantar todos los caciques y los papas y darnos guerra hasta matarnos, porque así estaba acordado y dado consejo por sus ídolos. Y lo que se hizo sobre ello -- Capítulo XLIX. Cómo Pánfilo de Narváez llegó al puerto de San Juan de Ulúa, que se dice de la Veracruz, con toda su armada, y las cosas que sucedieron luego -- Capítulo L. Cómo Pánfilo de Narváez envió con cinco personas de su armada a requerir a Gonzalo de Sandoval, que estaba por capitán en la Villa Rica, que se diese luego con todos los vecinos de la dicha Villa Rica. Y lo que sobre ello aconteció.
Capítulo LI. Cómo Cortés, después de bien informado de quién era capitán y quién y cuántos venían en la armada, y los pertrechos de guerra que traían, y de los tres nuestros falsos soldados que a Narváez se pasaron, escribió al capitán y a otros sus amigos, especialmente (a) Andrés de Duero, secretario de Diego Velázquez.
Summary: Historia verdadera de la conquista de la Nueva España relata la experiencia americana de Díaz del Castillo. En 1514, cuando Bernal Díaz embarcó hacia el Nuevo Mundo, no había cumplido veinte años, y tres años más tarde participaba en la expedición dirigida por Hernán Cortés hacia México, donde unos pocos españoles, en algo menos de dos años, consiguieron derrotar al Imperio azteca. Cuarenta años más tarde, Bernal Díaz relata, con un afán de fidelidad tan tenaz como problemático, una de las grandes expediciones que más han marcado el imaginario occidental: los desafíos que planteaba el poder, las tácticas de Cortés para aproximarse al imperio de Montezuma y, más tarde, al de Cuauhtemoc, el choque de creencias, la explotación de los nativos para conseguir oro y otros tesoros, o las batallas que se libraron hasta la caída de México. La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España es, si no un relato fidedigno de lo que ocurrió, sí una de las obras de la literatura de la Conquista --junto con los Diarios de Colón, las Cartas de relación de Cortés y la Brevísima relación de la destrucción de las Indias del padre Bartolomé de las Casas-- que mejor atestiguan la mentalidad occidental de la época. Si, como señaló Todorov, la conquista de América es «el encuentro más asombroso de nuestra historia. En el "descubrimiento" de los demás continentes y de los demás hombres no existe realmente ese sentimiento de extrañeza radical» (La conquista de América: el problema del otro), es muy posible que esa radical extrañeza fuera lo único que compartieron los hombres que participaron en aquel encuentro.La presente edición está basada en el Manuscrito Remón.
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Intro -- Créditos -- Brevísima presentación -- La vida -- Prólogo -- Capítulo I. Comienza la relación de la historia -- Capítulo II. Cómo descubrimos la provincia de Yucatán -- Capítulo III. Cómo seguimos la costa adelante hacia el poniente, descubriendo puntas y bajos y ancones y arrecifes -- Capítulo IV. Cómo Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba, ordenó de enviar una armada a las tierras que descubrimos, y fue capitán general de ella un hidalgo que se decía Juan de Grijalva, pariente del dicho gobernador Velázquez, y otros tres capitanes que más adelante diré sus nombres -- Capítulo V. De cómo llegamos al río de Tabasco, que le llaman río de Grijalva, y de lo que allí nos avino -- Capítulo VI. Cómo seguimos la costa adelante, hacia donde se pone el sol, y llegamos al río que llaman de Banderas, y lo que en el pasó que diré adelante -- Capítulo VII. Cómo llegamos (a) aquella isleta que ahora se llama San Juan de Ulúa. Y a qué causa se le puso aquel nombre. Y de lo que allí nos aconteció -- Capítulo VIII. Cómo vinimos con otra armada a las tierras nuevas descubiertas, y por capitán de la armada el valeroso y esforzado Hernando Cortés, que después del tiempo andando fue marqués del Valle y de las contrariedades que tuvo para estorbarle que no fuese capitán el dicho don Hernando -- Capítulo IX. Cómo Diego Velázquez envió a un su criado, que se decía Gaspar de Garnica, con mandamientos y provisiones para que en todo caso se prendiese a don Hernando Cortés y se le tomase la armada -- Capítulo X. Cómo Cortés se hizo a la vela con toda su compañía de caballeros y soldados para la isla de Cozumel, y de lo que allí nos avino luego diré -- Capítulo XI. Cómo Cortés supo de dos españoles que estaban en poder de indios en la punta de cotoche, y lo que sobre ello se hizo. Y de otras cosas más.

Capítulo XII. Cómo Cortés repartló los navíos y señaló capitanes para ir en ellos. Y asimismo se dio la instrucción de lo que habían de hacer los pilotos, y las señales de los faroles de noche y otras cosas más que en aquellos lugares acontecieron -- Capítulo XIII. Cómo el español que estaba en poder de indios (que) se llamaba Jerónimo de Aguilar, supo cómo habíamos arribado a Cozumel, y que luego se vino a nuestro real. Y lo que después aconteció -- Capítulo XIV. Cómo llegamos al río de Grijalva, que en lengua de indios llaman Tabasco, y de la guerra que nos dieron y de lo que más con ellos nos aconteció -- Capítulo XV. Cómo vinieron a hablar con Hernando Cortés todos los caciques y calachonis del río Grijalva, y trajeron un presente. Y lo que sobre ello pasó -- Capítulo XVI. Cómo doña Marina era cacica e hija de grandes señores de pueblos y vasallos, y de la manera que la dicha doña Marina fue traída a tabasco -- Capítulo XVII. Cómo llegamos con todos los navíos a San Juan de Ulúa. Y de lo que allí nos aconteció luego -- Capítulo XVIII. Cómo fue tendile a hablar con Montezuma y a llevar presentes, y lo que se hizo en nuestro real -- Capítulo XIX. Cómo alzamos a Hernando Cortés por capitán general y justicia mayor de estas tierras hasta que su majestad mandase lo que hubiere menester y conviniera. Y de lo que en ello se hizo -- Capítulo XX. Cómo acordamos de poblar la Villa Rica de la Vera Cruz y de hacer una fortaleza en unos prados, junto a unas salinas y cerca del puerto del nombre feo, donde estaban anclados nuestros navíos, y de otras cosas más que allí se hicieron -- Capítulo XXI. Cómo Cortés mando hacer un altar y se puso una imagen de nuestra señora y una cruz, y se dijo la santa misa y se bautizaron las ocho indias -- Capítulo XXII. Cómo volvimos a nuestra Villa Rica de la Vera Cruz, y de otras cosas más que allí sucedieron.

Capítulo XXIII. Cómo nuestros procuradores, con buen tiempo, desembocaron el canal de Bahama y en pocos días llegaron a Castilla y lo que en la corte les pasó -- Capítulo XXIV. Cómo después que partieron nuestros embajadores para su majestad con todo el oro y cartas y relaciones, lo que en el real se hizo y la justicia que nuestro capitán Cortés mandó que se hiciera -- Capítulo XXV. De un razonamiento que Cortés nos hizo después de haber dado con los navíos de través, y (cómo) aprestábamos nuestra ida para México -- Capítulo XXVI. Cómo ordenamos de ir a la ciudad de México, y por consejo del cacique fuimos por Tlaxcala, y de lo que nos acaeció, así de reencuentros de guerra como otras cosas que nos avinieron -- Capítulo XXVII. De las guerras y batallas muy peligrosas que tuvimos con los tlaxcaltecas y otras cosas más -- Capítulo XXVIII. De la gran batalla que hubimos con el poder de los tlaxcaltecas, y quiso Dios nuestro señor que en ella hubiésemos victoria, y lo que más pasó -- Capítulo XXIX. Cómo otro día enviamos mensajeros a los caciques de Tlaxcala, rogándoles con la paz, y lo que sobre estas cosas y de otras ellos hicieron -- Capítulo XXX. Cómo después que volvimos con Cortés de Zumpancingo con bastimentos, hallamos en nuestro real ciertas pláticas, y lo que cortés respondió -- Capítulo XXXI. Cómo vino Xicotenga, capitán general de Tlaxcala, a entender en las paces con don Hernando -- Capítulo XXXII. Cómo vinieron a nuestro real los caciques viejos de Tlaxcala a rogar a Cortés y a todos nosotros que luego nos fuésemos con ellos a su ciudad para nos a tender, y lo que más pasó -- Capítulo XXXIII. Cómo fuimos a la ciudad de Tlaxcala, y lo que los caciques viejos hicieron, de un presente que nos dieron, y cómo trajeron sus hijos y sobrinos.

Capítulo XXXIV. Cómo fuimos a la ciudad de Cholula en 12 de octubre de 1519 años. Y del gran recibimiento que nos hicieron los naturales de aquellas tierras -- Capítulo XXXV. Cómo el gran Montezuma nos envió otros embajadores con un presente de oro y mantas, y lo que dijeron a Cortés y lo que él les respondió -- Capítulo XXXVI. Del grande y solemne recibimiento que nos hizo el gran Montezuma a Cortés y a todos nosotros en la entrada de la gran ciudad de Tenustitlán -- Capítulo XXXVII. Cómo el gran Montezuma vino a nuestros aposentos con muchos caciques que le acompañaban, y de la plática que tuvo con nuestro capitán -- Capítulo XXXVIII. De la manera y persona del gran Montezuma, y de cómo vivía y de cuán grande señor era -- Capítulo XXXIX. Cómo nuestro capitán salió a ver la ciudad de México y el Tatelulco, que es la plaza mayor, y el gran cú de sus Uichilobos, y lo que más pasó -- Capítulo XL. Cómo hicimos nuestra iglesia y altar en nuestro aposento, y una cruz fuera del aposento, y lo que más pasamos, y hallamos la sala y recamara del tesoro del padre de Montezuma. Y de cómo tomamos acuerdo de prender al gran Montezuma -- Capítulo XLI. Cómo fue la batalla que dieron los capitanes mexicanos a Juan de Escalante, y cómo le mataron a él y al caballo y a seis soldados y a muchos amigos indios totonaques que también murieron -- Capítulo XLII. De la prisión del gran Montezuma y de otras cosas más que sobre dicha prisión nos acontecieron -- Capítulo XLIII. Cómo Cortés mandó hacer dos bergantines de mucho sostén y veleros para andar en la laguna, y cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le diese licencia para ir a hacer su oración a sus templos, y lo que Cortés le dijo. Y cómo le dio la licencia. Y otras cosas más que adelante diré.

Capítulo XLIV. Cómo los sobrinos del gran Montezuma andaban convocando y atrayendo a sí las voluntades de otros señores para venir a México y sacar de la prisión al gran Montezuma y echarnos de la gran ciudad de México y matarnos a todos nosotros -- Capítulo XLV. Cómo volvieron los capitanes que nuestro Cortés había enviado para que viesen las minas y para sondar el río de Guazaqualco, y otras cosas más -- Capítulo XLVI. Cómo Cortés dijo al gran Montezuma que mandase a todos los caciques de toda su tierra que tributasen a su majestad, pues comúnmente sabían que tenían oro. Y lo que sobre ello se hizo -- Capítulo XLVII. Cómo el gran Montezuma dijo a Cortés que le quería dar una hija de las suyas para que se casase con ella y lo que Cortés le respondió, y todavía la tomó, y la servían y honraban como era debido a hija de tan gran señor como era él -- Capítulo XLVIII. Cómo el gran Montezuma dijo a nuestro capitán Cortés que se saliese de México con todos los soldados, porque se querían levantar todos los caciques y los papas y darnos guerra hasta matarnos, porque así estaba acordado y dado consejo por sus ídolos. Y lo que se hizo sobre ello -- Capítulo XLIX. Cómo Pánfilo de Narváez llegó al puerto de San Juan de Ulúa, que se dice de la Veracruz, con toda su armada, y las cosas que sucedieron luego -- Capítulo L. Cómo Pánfilo de Narváez envió con cinco personas de su armada a requerir a Gonzalo de Sandoval, que estaba por capitán en la Villa Rica, que se diese luego con todos los vecinos de la dicha Villa Rica. Y lo que sobre ello aconteció.

Capítulo LI. Cómo Cortés, después de bien informado de quién era capitán y quién y cuántos venían en la armada, y los pertrechos de guerra que traían, y de los tres nuestros falsos soldados que a Narváez se pasaron, escribió al capitán y a otros sus amigos, especialmente (a) Andrés de Duero, secretario de Diego Velázquez.

Historia verdadera de la conquista de la Nueva España relata la experiencia americana de Díaz del Castillo. En 1514, cuando Bernal Díaz embarcó hacia el Nuevo Mundo, no había cumplido veinte años, y tres años más tarde participaba en la expedición dirigida por Hernán Cortés hacia México, donde unos pocos españoles, en algo menos de dos años, consiguieron derrotar al Imperio azteca. Cuarenta años más tarde, Bernal Díaz relata, con un afán de fidelidad tan tenaz como problemático, una de las grandes expediciones que más han marcado el imaginario occidental: los desafíos que planteaba el poder, las tácticas de Cortés para aproximarse al imperio de Montezuma y, más tarde, al de Cuauhtemoc, el choque de creencias, la explotación de los nativos para conseguir oro y otros tesoros, o las batallas que se libraron hasta la caída de México. La Historia verdadera de la conquista de la Nueva España es, si no un relato fidedigno de lo que ocurrió, sí una de las obras de la literatura de la Conquista --junto con los Diarios de Colón, las Cartas de relación de Cortés y la Brevísima relación de la destrucción de las Indias del padre Bartolomé de las Casas-- que mejor atestiguan la mentalidad occidental de la época. Si, como señaló Todorov, la conquista de América es «el encuentro más asombroso de nuestra historia. En el "descubrimiento" de los demás continentes y de los demás hombres no existe realmente ese sentimiento de extrañeza radical» (La conquista de América: el problema del otro), es muy posible que esa radical extrañeza fuera lo único que compartieron los hombres que participaron en aquel encuentro.La presente edición está basada en el Manuscrito Remón.

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